Objetivo del Proyecto
Brindar apoyo integral a niños y niñas entre los 0 y 12 años que han sido víctimas de abandono, maltrato, abuso o negligencia, y que actualmente se encuentran bajo el cuidado del ICBF. A través de jornadas de sensibilización, acompañamiento emocional, experiencias recreativas y dotaciones educativas, buscamos devolverles la esperanza, el amor y las herramientas para construir un nuevo comienzo.
Historia
El Proyecto Ángel de la Guarda nace de nuestra primera alianza social con la Fundación Casita de Belén, una institución aliada del ICBF con más de 70 años de experiencia en el acompañamiento a niños con derechos vulnerados.
En el año 2024, gracias al compromiso y solidaridad de nuestra comunidad, logramos recaudar más de 10 millones de pesos a través de redes sociales, permitiendo dotar completamente el aula de transición de esta fundación.
Esta experiencia marcó el inicio de nuestro camino social y nos permitió entender con mayor profundidad la cruda realidad de muchos niños en Cali. Desde entonces, el proyecto ha crecido e impactado directamente la vida de más de 150 niños, gracias a campañas como “Una Carta para Santa”, donde cada niño escribió su deseo de Navidad, y fue apadrinado por personas generosas que hicieron posible su regalo.
También hemos realizado múltiples jornadas de sensibilización, incluyendo:
- Visita al Zoológico de Cali
- Obra de teatro en diciembre
- Mañana recreativa en Space Jump
- Salida campestre con piscina y almuerzo en Rozo
Testimonios
“Nunca pensé que un niño de cuatro años pudiera entender tan bien lo que es sentirse querido. Cuando lo vi abrazar su regalo y decirme ‘gracias por acordarte de mí’, entendí que no solo era un juguete, era dignidad.”
— Voluntario de la campaña Una Carta para Santa
“Gracias a esta experiencia, me conecté con una causa más grande que yo. Volví a creer que todos podemos ser el ángel de alguien.”
— Padrino del proyecto
¿Qué Sigue? (Visión)
Convertir el Proyecto Ángel de la Guarda en un modelo replicable de intervención social, que no solo acompañe y transforme la vida de los niños institucionalizados, sino que también fortalezca sus entornos familiares a través de apoyo psicológico, educativo y comunitario.
Soñamos con crear una red de padrinos y profesionales que no solo donen, sino que se vinculen activamente al proceso de transformación de estos niños.
Queremos que cada niño que pasa por una institución como Casita de Belén sienta que no está solo, que hay un club entero y una comunidad detrás, acompañándolo a reconstruir su historia.
